Allí estábamos, en otra mesa, pero en el mismo lugar...el ruido no nos dejaba oírnos y nos esforzábamos por concentrarnos en nuestras voces, ésas que por momentos creíamos que habíamos olvidado...solicitábamos la carta para acabar siempre pidiendo lo mismo, eso no había cambiado...y mientras nos preguntábamos cuánto tiempo había pasado, dejábamos enfriar el té, entre historias, risas y anécdotas que ya no eran compartidas, pero que en ese momento las íbamos a hacer nuestras...de repente descubríamos cuánto habíamos crecido, no se trataba del aspecto ni siquiera de cómo éramos por dentro, era algo más sutil que sólo es capaz de ver quien se conoce demasiado...me atrevía a asegurar que nos estábamos entendiendo como nunca, quizá habíamos necesitado no echarnos de menos durante años para darnos cuenta de lo que nos hacíamos falta...y allí estábamos esa tarde, una tarde que nos anochecía, que sabíamos que se nos acababa...comprendíamos que al despedirnos seguiríamos una vez más con nuestras vidas...puede que de nuevo pasaran muchos instantes sin que nos encontráramos, sin que nos contáramos, sin que supiéramos...mas a veces, sólo se trata de eso...de seguir conectados sin cables, de volver a verse y sin decir prácticamente nada, conocerse...para llegado el momento, recordarnos quiénes somos, si nos hemos olvidado...
Marea baja - Vetusta Morla
https://www.youtube.com/watch?v=Qur-E1AdZdI
No hay comentarios:
Publicar un comentario