miércoles, 8 de enero de 2014

Nos podríamos decir toda la vida que nos queremos, pero en ninguna de ellas nos repetiríamos...cada una distinta, con un tono, con otra letra, con pausas, con la velocidad con la que se nos escapan los latidos por la boca...y nos golpearían justo en el centro, entre las costillas y el estómago...entre aquello que un día llamamos alma y el cuerpo...nos podríamos mirar de miles de formas distintas, y en todas habría siempre algo nuevo que observar, que atravesar, que retener en nuestras retinas...hasta vernos con los ojos cerrados, o en los rincones donde incluso no hemos estado...teniendo el don de encontrarnos en cada parpadeo, con el que movernos mientras soñamos con los ojos abiertos...nos podríamos acariciar haciendo que el frío de nuestras manos resulten calientes al tacto de nuestra piel, y aun así nos pusieran siempre los vellos de punta...como esa primera vez que te rozas sin querer y descubres miles de secretos en un instante, y se paraliza la respiración y quieres pedir perdón, mas callas tu error de medida y prefieres volver a pecar, a chocar, a sentir lo que ha removido tantas contradicciones dentro de ti...nos podríamos dar la espalda, y siempre sentiríamos abrazos que nos rodearan...nos podríamos decir adiós, sabiendo que aunque nuestros pasos se alejaran, no nos moveríamos de allí...esperándonos hasta la próxima ocasión, en el que olvidarnos del resto del mundo, hasta que el mundo sólo seamos tú y yo...y es que nos podríamos cruzar en otras vidas, en otras ciudades, en otras épocas...y siempre nos reconoceríamos en medio de la gente, sin presentaciones, sólo haría falta un único y familiar 'te quiero', o una caricia que te haga volver a la vida, o una mirada que te lleve a casa, o un abrazo con el que protegerse de todo lo malo...esa conexión existente incluso antes de conocerse...que nos haría volvernos a tener frente a frente...



Te quiero, te quiero - Nino Bravo
https://www.youtube.com/watch?v=4eLVqA9NfVY

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