Sólo viniste aquella vez...y en el baño dejaste ese cepillo de dientes naranja que te di, naranja como mi pijama, ese pijama que me quistaste a la noche, esa noche que me hiciste volar tan alto, tan alto que descubrí que ya no me daba vértigo...ese vértigo que un día me hizo esconderme bajo tierra, esa tierra en la que quería echar raíces y aun así no podía florecer...florecer como esa primavera que nunca llegaba, que nos atrapaba en un invierno que no acababa, mientras se acababan nuestras palabras...palabras que sobraron al volver a vernos, como cuando decides volver a casa, mi casa donde te espera tu nuevo cepillo, donde te espero vaciando los cajones de tu ausencia, para que vengas a llenarlos...como llenabas cada una de mis sonrisas con la tuya, un efecto que renace de los sueños en los que volver a sumergirnos...sueños que ahora vivimos con los ojos abiertos, tan abiertos como tu pecho latiendo a un ritmo vertiginoso, ese ritmo que nos hace recuperar el tiempo perdido, como cuando nos perdimos cada uno de los besos que ya no nos dimos...esos besos que siempre han sido nuestros, que fluyen por nuestros cuerpos, esos cuerpos que nunca dejaron de encajar, como encajan nuestras vidas, enlazadas en cada instante que compartir......como ahora compartimos la pasta de dientes...
Qué Electricidad - Carlos Sadness
https://www.youtube.com/watch?v=jek99pxYsN0
